La brújula

Las vacaiones escolares no empiezan hasta julio, para los docentes, que a los chiquillos ya los tenemos por casa, pero se nota cierto ambiente vacacional en la blogsfera educativa. Baja la actividad de mi lector de feeds, los post se vuelven más perezosos, y sobre todo yo necesito parar en estos momentos.
Ha sido un curso intenso. Cuando empecé este blog lo que pretendía era rastrear en internet y escribir comentando lo que encontraba de interés para mis compañeros, próximos o lejanos, especialmente pensando en la aventura que entonces empezábamos del Bachillerato por Internet.
La vida me ha ido llevando por derroteros diferentes: A veces lo más interesante ha sido  la marea de información que supone trabajar a diario delante del ordenador, y dedicarle no menos de un par de horas casi a diario simplemente a leer. Y el proceso de digerir todo lo que se lee, se debata o se comenta.  Pero es la vida y no la red lo que importa, y a veces en la blogsfera se pierde pie.
Espero, no obstante, no haber perdido el norte, y que mi curiosidad y mis reflexiones compartidas hayan servido para algo. A mí, desde luego, sí. He aprendido mucho. Y he tenido la oportunidad de expresarme. Me he tomado muy en serio escribir cada semana,... quizá demasiado en serio.
Pero ahora que en los centros andamos de recogida, que rellenamos memorias e informes, ponemos al día las actas del departamento y intentamos poner orden en los libros de texto que nunca nos satisfacen del todo (¡menos mal!) y sacamos copia de seguridad del viejo ordenata escolar... en esta bitácora va siendo hora de pensar en hacer una escala, pasar una temporada simplemente pasando más tiempo con mi sufrida familia, quizá hacer algunas reparaciones en la nave, estudiar nuevas rutas, comprobar que La Brújula esté bien ajustada...
Lo mejor que puedo hacer de momento es anclar en una isla de atlántico, cerca de los trópicos, tal vez cargar la cámara de fotos, y esperar a que la brisa marina de nuevo me tiente para zarpar en una nueva etapa del viaje, cuando esté de nuevo preparada.
De vez en cuando charlaré con Ariadna, que seguramente me seguirá contando sus mitos, o será Gema la que con su imaginación atrevida me haga sonrojar. Quizá hasta otee el Planeta Educativo, por ver qué dan de sí las actividades veraniegas.... si no me tienta más tumbarme al sol, compartir unas cervezas con los amigos, jugar o ir en bici con mis hijas, leer esas cosas con lomo que están tan bien inventadas y que se llaman libros (ecológico 100%)o simplemente charlar, abrazar, sonreír a mi gente...
Quizá la Brújula haga algunas breve excursión, si surge algo que merezca la pena ser explorado.
En septiembre lo retomaremos, porque es natural que la vida de un blog educativo vaya por etapas de nueve o diez meses lectivos.