La brújula

Esto de que en carnavales se relaje un poco el trabajo me ha permitido leer algunos blogs, oír la radio...
Así que varias cosas me han llamado la atención.
Una de ellas el artículo de Victoria 2.0: Mi vida sin moodle. Se trata de una docente que después de un tiempo de trabajar con aulas virtuales, este año, por una serie de razones ha decidido dedicarse a dar clases sin apoyo virtual... ¡y lo disfruta! Trabaja menos horas, no está sometida a la tiranía de las TIC...
Y ese post me viene a la memoria ahora que participo en el VI-CIO, es decir, el VI Claustro Ideal Oficial que esta vez se convoca en Discentia sobre el tema de los profesores la resistencia al cambio a través del uso de las TIC y todas sus implicaciones: Cambio docente, TIC y vicios.. No os lo perdáis. Pedro Villarrubia está ejerciendo de perfecto anfitrión.

Otras cosas me resultan menos estimulantes y realmente llegan a cabrearme. Verán:
- El anuncio de Amnistía internacional que ha sido prohibido. Os lo dejo con el enlace y opinad vosotros mismos, porque ya lo han hecho en su blog otros compañeros más insignes que yo:

- Oír en la radio las tonterías que se dicen sobre los inmigrantes; desde el absurdo invento del contrato o compromiso que se propone que firmen los inmigrantes para asegurarnos de que cumplan las leyes que sólo por el hecho de estar aquí ya están obligados a cumplir, y adaptarse a las costumbres españolas (¿el jamón serrano, la siesta, las corridas de toros...?). Seguro que más de un emigrante va a firmar y dice aquello de "no, yo no puedo, si yo es que sólo venía a delinquir...· "Qué va, qué va, qué va... yo leo a Kirkegaard", como decían Faemino y Cansado en el Orgullo del Tercer Mundo 


Y  seguimos echándoles las culpas de todo: que si colapsan urgencias, que si no tienen formación... cuando las urgencias están colapasadas por otros motivios, y los que no tenemos formación somos nosotros, que de eso sí que sabemos en los centros educativos, cuánta gente se esfuerza por tener formación como camarero competente... Enervante en los dos sentidos del término.

En fin, que tantos esfuerzos dedicados a la educación en derechos humanos, a la integración en las aulas y en nuestra sociedad de los que vienen de fuera a trabajar aquí, (porque los necesitamos...) y en un pis-pás, viene esta gente y me tira por tierra tanto trabajo educativo. O quizá no, si es que sé aprovecharlo para que sean los propios alumnos quienes aprendan a ser críticos con estos mensajes. Uhm, todo un reto.

Por último, tanto mensaje xenófobo me da qué pensar. Si la persona que cuida a mi madre tuviera que dejar su trabajo y yo no encontrara a nadie que la cuidara ¿voy a irme a Bolivia a buscar a alguien que contratar? No, tendría que llevarla a una residencia (privada, claro) que seguramente sí puede permitirse reclutar a sus trabajadores en el país de origen. Un negocio redondo.